El futuro del malestar

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Conversatorio del miércoles primero de julio del 2020, con Carlos Peña González: abogado, rector de la Universidad Diego Portales, escritor y columnista.

El conversatorio comenzó analizando el concepto de patria, que para el invitado significa “pasado y proyecto que nos une”, sin ser en sí una realidad o entidad tangible.

Dilucidado lo anterior, la discusión continuó hablando de “poder y autoridad”, siendo a su juicio el poder “la capacidad de una o más personas de imponer una voluntad a otros”, en tanto que la autoridad “sería lo que designa a un poder legitimado por las razones que las personas acepten para ejercerlo”. En Chile hay algunas personas que no aceptan la legitimidad de cierto poder y esto sería a causa de los procesos de modernidad del Estado.

Hablando de Diego Portales Palazuelos, en homenaje a quien se denomina la universidad que él dirige, mencionó que su ideario está plenamente vigente ya que la gran mayoría ansía la existencia del “estado de derecho”, que no es otro que aquel “que impone reglas y que al mismo tiempo la acata”; no obstante, en las condiciones modernas es difícil conseguir ese estado de derecho, dado que otrora era una estructura sencilla (siglo XIX) y hoy la sociedad es más difícil de sostener. Reconoce que el problema en Chile no está en el Estado, sino en su vínculo con la ciudadanía, el cual estaría corroído.

Ante el cuestionamiento de ¿por qué falla el disenso?, que es la capacidad de escucharse unos con otros, la respuesta fue porque falta el consenso o “piso mínimo” para dialogar. Esto porque según Carlos Peña la sociedad chilena ha cambiado muy rápidamente, con modificaciones estructurales en lo material y cultural, con muchas minorías, generando una falta de consenso mínimo; para superar esa dificultad, hay que reestablecer las condiciones mínimas que tengan objetivos comunes, dado que existe falta de valores y principios compartidos. En su opinión, Chile se modernizó muy rápido y se fragilizó su cultura, existiendo mucho individualismo.      

Ante la consulta sobre ¿cuál sería el rol de las familias para ayudar?, la respuesta del invitado fue que considera que la familia es la primera sociabilizadora, el lugar donde el individuo aprende las virtudes básicas; sin embargo, sucede que esta institución ahora se alteró, ha estado en crisis y se ha transformado por varios motivos. Cambió todo el sentido tradicional por otro más liberalizador; entre otros hay cambios en varios elementos, niños, sexualidad, etc.

Pasando en seguida al título de la sesión “el futuro del malestar”, Carlos Peña expuso que es un fenómeno que nace en octubre explícitamente, que es pluricausal y que no está sustentado en una tremenda desigualdad social en el país, tal como muchos aseveran simplísticamente; la tesis anterior la califica como falsa, porque en los hechos, la desigualdad, objetivamente y vista de cualquier punto de vista racional o comparativo, venía disminuyendo sistemáticamente en Chile. Entonces, la pregunta que hay que hacerse es ¿por qué entonces esta sociedad justifica tal causa?, indicando que podría atribuirse a lo siguiente:

Primero, porque existe una vivencia de la desigualdad en base a lo que se denomina la “paradoja del bienestar”, que sería que los miembros de las sociedades que progresan se vuelven menos tolerantes a la desigualdad.

Y segundo, porque la modernización en base al capitalismo descansa en un aumento del consumo; cuando este se estanca comienza el desastre.

En síntesis, y de acuerdo con el invitado al conversatorio, la primera gran causa del malestar sería el “incremento de la vivencia de la desigualdad”. En seguida indicó que hay que considerar que una gran parte de las nuevas generaciones tienen características “anómicas”, es decir, que operan desde una base fuera de la normativa, alérgicas a la autoridad y se aferran a si mismas (todo esto es posterior a 1990). Aparece un relativismo en que todo vale parejo, naciendo y asomando un “fanatismo”, en que se aferran a lo que creen y que hay búsqueda de identidad sobre una base de intolerancia; en resumen, la segunda gran causa sería un fenómeno general anómico y una búsqueda de identidad.

Una tercera causalidad podría ser la “globalización”, en la que el estado y el poder político pierden prioridad y no pueden ordenar mucho en ámbitos de la economía, vida social, etc. Entonces el poder se torna inútil, por lo que sería posible señalar que existiría una impotencia de la política ante la globalización.

Dentro de la conversación se le consultó sobre el “liderazgo”, señalando el invitado que el rol que se asigna en la población juvenil tiene funciones múltiples, variadas, no uniformes y que no hay liderazgos nacionales únicos. Comenta que actualmente son muy difíciles de ejercer y que la estructura social ha cambiado, generando líderes grupales menores en el marco de una carencia de líderes políticos, religiosos, intelectuales, etc.

Buscando saber ¿cómo se sale del “malestar”?, indicó que cobra significado el proceso constituyente al cual la sociedad se dirige de forma ineludible; el problema es que se requiere diálogo, para lo cual las condiciones para esta conversación están en mal pie, y que la única forma de solucionar esa dificultad es reconstituir los vínculos que nos redefinen como sociedad. El debate constitucional podría ayudar a crear reglas y valores por la vía reflexiva para crear la patria y los consensos; pues hay que reconocer que hay valores previos a la Constitución que se amparan en razones que la anteceden. No hay valores que sean de “la” Constitución y que por ello deban cumplirse, sino que hay un diálogo que crea un consenso y se resuelve antes de ponerlo en la Constitución. Esos consensos hay que descubrirlos. El debate no puede llegar a ser quien gana o pierde el plebiscito.

Posteriormente, la conversación se enfocó en el orden institucional y en su eventual degradación progresiva.

Sobre la situación coyuntural en la Araucanía, la opinión de Carlos Peña es que la problemática no está centrada básicamente en lo socioeconómico y que demanda un reconocimiento de la existencia de otras culturas, justicia de la memoria y que son integrantes de una misma patria. En este sentido, el expositor sugiere que se haga justicia política en base a reglas de discriminación positiva que las favorezca, que haya una justicia restitutiva o reparadora y que hay que despojar de los pretextos a los violentistas.

En cuanto al rol de la prensa durante los desórdenes de octubre y siguientes, opina que fue una actuación muy simplista después del 18 de octubre, que no se comprendió bien el asunto y que generó una mala percepción, exaltando los problemas.

Para finalizar, el invitado es de la opinión que la Armada y las Fuerzas Armadas, dentro de la identidad colectiva nacional, son imprescindibles y que cumplen un papel muy importante en el Estado de Chile y su progreso. Su defecto es que a veces se tornan muy corporativistas y cerradas en sí mismas, sin sintonizar con la ciudadanía. El corporativismo tiene muchas virtudes, pero a la vez el peligro que se torne ajeno a la sociedad.

Respecto al perfil de un profesional de las armas señala dos aspectos fundamentales:

1) Persona consciente del valor de su patria, con sus valores y renovaciones, considerando que la patria es un compromiso de futuro.

2) Compromiso con la democracia, creer que el destino compartido depende del diálogo democrático.   

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